Con las dificultades propias de los que caminan en un Ford del año 1920 y por camino malo, vamos de tumbo en tumbo, pero avanzando, avanzando.

viernes, 8 de julio de 2011

 

Nadie sabe quien es. Por eso, lo mejor es andar despacio y sin demasiadas esperanzas. Tal vez, el paraíso sea el lugar donde nos entreguen el folleto que dice, con claridad, quienes éramos, que queríamos y por qué no logramos conseguirlo.

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