Con las dificultades propias de los que caminan en un Ford del año 1920 y por camino malo, vamos de tumbo en tumbo, pero avanzando, avanzando.

lunes, 11 de abril de 2011

 

 

Odié apasionadamente.

Además, a ti, te amé apasionadamente.

Todo eso se acabó, por supuesto.

¿Cómo puedes saberlo?

Lo sé. Sé que nunca más encontraré nada ni nadie que me inspire pasión. Tú sabes que ponerse a querer a alguien es una hazaña. Se necesita una energía, una generosidad, una ceguera… Hasta hay un momento, al principio mismo, en que es preciso saltar un precipicio; si uno reflexiona, no lo hace. Se que nunca más saltaré.

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