Con las dificultades propias de los que caminan en un Ford del año 1920 y por camino malo, vamos de tumbo en tumbo, pero avanzando, avanzando.

jueves, 23 de diciembre de 2010



Un tonto se conforma con un pájaro a su merced
yo faltándole a esa norma porque siempre quiero cien.
Premio a la perseverancia: Tus dotes me adjudiqué.
Sectario de tu elegancia, fui feliz aquella vez.
Es que hay fuegos que no logran extinguirse.
O aquel, no pudo, al menos, y será que yo no quise (y yo tampoco)...

Me convierto en represor de mis impulsos,
Se me distorsiona el pulso
Y se hace ausente, por un rato, mi respiración.
Son enfectos razonables por la falta
De lo que mi alma se jacta:
Ser la dueña para siempre de tu perfección
Una broma colectiva, y de vuelta a fantasear
con sacarte hasta el i.v.a en esta oportunidad.
La nocividad del tiempo no conseguirá triunfar
Porque va a ser eterno nuestro idilio en realidad
Destilando optimismo arraigado en la seguridad
de saber que lo mismo sentís cuando me mirás.

Y es que existen fuegos que no logran extinguirse.

1 comentario: